Por Sandy Pou
Creemos, que la mayoría de los padres han pasado alguna vez por esta situación. No me gusta, no me apetece ... que y cuánto se come se convierte muchas veces en un verdadero campo de batalla. Aquí es donde deben entrar los padres, en mostrar su capacidad para poder "controlar" estos comportamientos.
Las horas de comer, tanto para la comida como para la cena, son las horas idóneas para tratar temas sobre las buenas formas en la mesa, teniendo siempre en cuenta que estamos tratando con niños. Utilizar el diálogo y procurar evitar, en todo momento, sacar la mano "a pasear".
Si les enseñamos desde pequeños algunas normas básicas, lograremos en un futuro disputas y riñas a la hora de comer. Solo hace falta tener un poco de paciencia con ellos.
Si nuestro hijo se niega a comer, debemos analizar las causas que le llevan a rechazar la comida (falta de apetito, enfermedad, etc.).
Es importante que intentemos crear un ambiente agradable a esta hora, con el fin fomentar el "deseo" de nuestros hijos por comer, y crecer sanos y fuertes. Los especialistas en psicología infantil coinciden en la idea de que si el niño se niega en rotundo a comer no se le debe a obligar a ello, aunque al menos debemos intentarlo.
Desde luego, no es una solución pasarnos horas delante del plato hasta que el niño coma (una cosa es la paciencia y otra la lucha hasta el agotamiento). Lo mejor es conseguir hacerle ver, que todo lo hacemos por su bien, que sino no será un niño sano y fuerte y no podrá hacer las cosas que hacen otros niños de su edad.
Evite, en la medida de lo posible, las recompensas materiales; es decir, premiarle si come con tal o cual cosa. No debe acostumbrárseles a esto. Es mejor la opción de recompensas no materiales. Podemos hacerle ver al niño que si no come lo que le ponemos no podrá salir al parque con sus amigos, no podrá ver su serie favorita o no podrá ir de visita a la finca de unos amigos. No obstante, es mejor no tener que recurrir a éstos términos.
Hay que hacerle ver que comer es una obligación no un capricho o un favor que nos hacen. Procure no servirle mucha cantidad de platos que no le gusten demasiado Si está en un mesa con otras personas (una cena familiar o de amigos) y el niño no come, retírele el plato sin discutir, para pasar al siguiente, pero no monte ninguna escena.
Sandy Pou de Fernández
Experta en Protocolo, Organización de Actos y Ceremonial.
Avalada por el Consejo Superior de Comunicación y Relaciones Públicas de España y la Indiana University of Pennsylvania. fernandezpou@verizon.net.do
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