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4 de octubre de 2007

Desde el Cono Sur...

El sol está de moda


Lorena Victoria S.*


Santiago, CHILE.- La piel bronceada está de moda. A nadie le cabe duda. Basta hojear un par de revistas o echar un vistazo a la televisión para comprobar que, a nivel internacional, hombres y mujeres sucumben ante la tentación de lucir el cuerpo dorado.
Sin aspirar a las curvas de Pamela Anderson o los abdominales de David Hasselhoff, los rostros de la serie “Guardianes de la Bahía”, la playa se convierte en el destino obligado.
En los climas fríos, la alternativa recurrente es el solarium, establecimientos que compiten con un menú de ofertas y precios irresistibles, donde el denominador común son los tubos de rayos UVA que rodean las anatomías ávidas de un poco más de color.
Pero me pasa, queridos lectores y lectoras, que cada vez con mayor frecuencia encuentro en las calles pieles excesivamente castigadas, sin elasticidad ni un ápice de brillo. Incapaces de recuperar la juventud perdida ni siquiera tras meses de suplementos comprados en GNC.
Mientras eso ocurre, son muchos los que se deslumbran, encandilados por este dictado global que nos empuja a “estar bronceados”, soñando con el tono de Jennifer Aniston... aunque sin hacer una sola reflexión a largo plazo.
Cualquier tipo de luz ultravioleta –lo dice la Sociedad Australiana del Cáncer– es capaz de producir arrugas y un envejecimiento prematuro de la piel, contribuyendo a lo que a futuro podría transformarse en un cáncer. El peligro se duplica si se trata de lámparas artificiales.

La entidad subraya que las pieles blancas son las más vulnerables, estando más expuestas a la aparición de manchas y una larga lista de complicaciones, mientras las más oscuras, por contener una mayor cantidad de melanina, están algo más protegidas.
No obstante, si usted es de lo que no se resiste al encanto del sol en un buen día de playa, el llamado es a usar el protector con el factor más alto, ojalá resistente al agua, evitando 100% el bronceado durante la franja horaria de mayor intensidad lumínica y radiación, esto es entre el mediodía y las 4:00 de la tarde.
No olvide usar los productos al menos media hora antes de salir y en cantidades generosas. ¡No se le ocurra pretender que un Hawaiian Tropic le alcance para todo el año! El roce con la toalla, el sudor y las zambullidas en el agua obligan a nuevas aplicaciones.
Otros consejos útiles: evite el bronceado artificial, no use perfumes, colonias, cremas con ácidos o exfoliantes; desconfíe de los días nublados y si la piel ya está muy quemada, no emplee aceites o cremas grasas. Por último, no beba alcohol o coma en abundancia, privilegiando la ingesta de agua.

¿Tiene en la memoria el programa “Lifestyle of the rich and famous”? Si es su caso, les advierto que color “chic” no es otro que el que se lleva en St. Tropez o a bordo de un yate en St. Barth. ¡Nada de ponerse rojo como tomate, ni extralimitarse con la exposición hasta llegar al azabache! El indicado es un tono suave, caramelo, similar al “toffee”, tal como lo muestran las imágenes publicitarias o las estrellas de Hollywood.
El enorme trozo de público que por razones de salud o convicción personal opta por el refugio de las palmeras, lentes de sol y sombreros, ahora tiene a disposición un completo repertorio de autobronceantes (que abundan en todos los tamaños y marcas), capaces de oscurecer la piel de a poco. Y sin echarse diez arrugados años encima.


* La autora es periodista.

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