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19 de septiembre de 2007

Desde el Cono Sur...


Las novias de Hefner

Lorena Victoria S.*


Santiago, CHILE.- Al llegar a la casa, después de un largo día de trabajo y una sobredosis de estrés, me divierte sentarme frente al televisor y encender E!. Para mí, es como una especie “recreo para el cerebro”, que se concentra en temas formales durante una buena parte del día.
Fue así como me tropecé con la siguiente frase: “mientras menos talento tienes, más importante es sacarse la ropa y mostrar todo lo que puedas”, dijo una comentarista. Y de inmediato me acordé de las tres chicas que protagonizan el programa “Girls of the Playboy Mansion”, junto al archiduque de las revistas porno, Hugh Hefner.

Con sus capacidades disminuidas debido al evidente paso de la edad, Hefner (81 años) comparte su vida con Kendra, Bridget y la que sería su pareja “oficial”, Holly. Aunque hay que decir que aquí lo que queda claro es que el empresario disfruta de su harén en pleno siglo XXI, adornado por las cabezas platinadas de su trío de novias y promovido por un poderoso canal de televisión internacional.
He visto el programa un par de veces y la verdad no me sorprende que Hefner continúe envuelto en su clásica bata roja, reverenciado por hombres de todas las edades en cualquier punto del globo. Más bien, es comprensible, pues a fin de cuentas, él se ha encargado de vivir las fantasías masculinas en carne y hueso, además de ser el fundador y editor en jefe de uno de los medios de comunicación más influyentes a partir de la era de la libración sexual. Hay que reconocerlo.
Pero volvamos a las “conejitas”, cuya vida consiste en disfrutar de la mansión Playboy, acudir a fiestas y viajar, centrando el 100% de sus preocupaciones en el estado físico, con dos focos de interés principales: el pelo, que debe estar indiscutiblemente rubio (mientras más rubio, mejor) y el busto, preferiblemente moldeado por cirujano plástico. De hecho, ya habrán visto en el aire un spot que promueve la última temporada del reality, donde Kendra aparece besándose los pechos y agradeciendo lo que ambos han hecho por ella.

Ni siquiera me voy a ahondar en el capítulo donde celebraron el cumpleaños de “Hef” con un tour a Europa, donde Holly se refería a los edificios de Gaudí como sacados de una historia de Elfos (de la mitología germana, y aquí por favor incluyan una carcajada mía), mientras Bridget paseaba por Alemania vestida en una especie de atuendo folclórico estilo película triple equis.
Hay que decir que todas las chicas cuentan con el respaldo de sus familias en esta aventura de lujo y excesos, donde los beneficios –se imaginarán, queridos lectores y lectoras– llegan a los demás como por efecto dominó.
Creo que “Girls of the Playboy Mansion” no resiste mayores análisis. Tampoco estas tres chicas... Hefner, con ojo de lince para los negocios, es uno de los creadores de su programa, cuyo éxito a nivel mundial llevó a las “conejitas” a la portada de la edición de noviembre de 2005.
Es el culto a la superficialidad lo que merece punto y aparte. El gusto creciente por lo vacío, por la “mujer objeto”, por una belleza que sólo agrada a la vista (y a uno que otro sentido). Es, precisamente, esa legión de seguidores y seguidoras de Holly, Bridget y Kendra lo que hace pensar –amargamente– que a una gran parte de la humanidad ya no le interesa mirar más allá de la epidermis.

* La autora es periodista.

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